
“¡Qué confuso y feo era este hombre inmortal de rostro pulido y brillante que se agachaba y hablaba tontamente, y chillaba como una vieja acartonada!
-Sí, Lestat- dije en voz baja-, he venido a verte.”

“¡Qué confuso y feo era este hombre inmortal de rostro pulido y brillante que se agachaba y hablaba tontamente, y chillaba como una vieja acartonada!
-Sí, Lestat- dije en voz baja-, he venido a verte.”